Portada - Ramiro, El Viajero del Tiempo
Ramiro en su garage

Ramiro estaba en su garage rodeado de herramientas, engranajes y planos.

—¡Hoy es el gran día! —dijo mientras ajustaba un botón rojo—. ¡Voy a viajar al pasado para ver el Mundial 2022 y animar a Argentina!

Saltaba de emoción mientras revisaba cada pieza de su increíble máquina del tiempo.

Ramiro dentro de la máquina

Ramiro subió a la máquina y se sujetó fuerte del volante. Sus ojos brillaban de emoción.

—¡Listo! —susurró Ramiro—. ¡Aquí vamos!

Presionó el gran botón rojo y una luz brillante lo envolvió. Todo giraba a su alrededor y sentía un cosquilleo en la barriga. ¡El viaje en el tiempo había comenzado!

Ramiro frente al T-Rex

Cuando abrió los ojos, Ramiro ya no estaba en su garage. Delante de él se extendía un bosque enorme, lleno de árboles gigantes y helechos gigantescos.

Y ahí estaba… un T-Rex lo miraba con ojos curiosos.

—¡Wow…! —dijo Ramiro—. ¡Estoy en la prehistoria!

Ramiro con dinosaurios

Ramiro caminó entre la vegetación y vio criaturas que nunca había imaginado: dinosaurios con plumas de colores, reptiles enormes y pequeños amigables que saltaban entre los árboles.

—¡Qué increíble! —exclamó Ramiro—. ¡Nunca había visto algo así!

Se quedó fascinado mientras exploraba cada rincón de aquel mundo perdido.

Ramiro corriendo

De repente, algunos dinosaurios pequeños comenzaron a perseguirlo juguetonamente.

—¡Corre, corre! —gritó Ramiro riendo.

Saltaba entre lianas y hojas gigantes, tratando de llegar a su máquina del tiempo antes de que lo alcanzaran. ¡La selva prehistórica era emocionante y divertida!

Ramiro de vuelta

Ramiro volvió a su habitación, se dejó caer en la cama y se reía sin parar.

—¡Qué aventura tan loca! —dijo Ramiro—. ¡No puedo creer todo lo que vi!

Recordaba los dinosaurios, la selva y al enorme T-Rex, y una sonrisa enorme iluminaba su cara.

Ramiro con dinosaurio

Entonces escuchó un ruido en su mochila. La abrió y se sorprendió: un pequeño dinosaurio verde con ojos brillantes lo miraba curioso.

—¡Ups! —dijo Ramiro entre risas—. ¡Traje un dinosaurio al presente!

El dinosaurio agitó la cola y Ramiro supo que había encontrado un amigo para siempre.

Ramiro en el colegio

Ramiro decidió llevar a su dinosaurio al colegio. Lo escondió en su mochila, asegurándose de que nadie lo viera.

Cuando llegó al aula, todos los niños lo miraron sorprendidos.

—¡Un dinosaurio en clase! —exclamó Ramiro—. Pero es mi amigo y viene del pasado.

Dinosaurio en el recreo

Durante el recreo, el dinosaurio salió de la mochila y comenzó a saltar por el patio.

Los niños lo siguieron, riendo y aplaudiendo.

Era tan rápido y juguetón que todos querían ser su amigo. Ramiro estaba feliz de verlo tan querido.

Hora de la merienda

En la hora de la merienda, el dinosaurio se sentó junto a Ramiro.

Los niños le ofrecieron galletas y jugo.

Aunque no podía comer como ellos, disfrutaba de la compañía. Ramiro compartió su rodaja de sandía favorita.

Dinosaurio en la biblioteca

Después de la merienda, Ramiro llevó a su dinosaurio a la biblioteca.

Los niños les mostraron libros sobre dinosaurios y contaron historias.

El dinosaurio escuchaba atento, moviendo su cola con emoción. Ramiro prometió que leerían juntos cada día.

La despedida

Al final del día, Ramiro se despidió de sus compañeros de colegio.

—Tengo que volver a casa —dijo—. Hay algo muy importante que debo hacer.

Los niños lo abrazaron y le desearon suerte. Ramiro sonrió, sabiendo que su aventura aún no había terminado.

Viaje a la prehistoria

Ramiro subió a su máquina del tiempo con su amigo dinosaurio en la mochila y presionó el botón.

En un instante, las luces y el zumbido los envolvieron, y pronto llegaron juntos a la prehistoria.

Estaban nuevamente entre árboles gigantes y enormes helechos, rodeados de otros dinosaurios que caminaban tranquilamente.

Abrazo y despedida

Ramiro abrazó al dinosaurio con fuerza, mirándolo a los ojos.

El dinosaurio apoyó la cabeza sobre su hombro y movió la cola lentamente.

—¡Prometo que volveré! —dijo Ramiro—. Ambos sabían que siempre serían amigos, aunque él tuviera que regresar al presente.

Regreso a la actualidad

Ramiro regresó a su habitación en el presente.

Se recostó en su cama, mirando el techo con los ojos abiertos y una gran sonrisa.

Llevaba puesta una remera con un dinosaurio dibujado, recordando a su pequeño amigo del pasado y todas las aventuras que vivieron juntos.

Contraportada - Hero Comic Net
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